Se denominan genéricamente como Civilizaciones Fluviales, a aquellas que durante el Neolítico se fueron asentando junto a grandes ríos y desarrollando una cultura propia y en las que aparecería, entre otros muchos logros, la escritura.
Las principales Civilizaciones Fluviales de la antigüedad fueron la Egipcia, las mesopotámicas, la Hindú y la China. En esta página sólo se tratarán las culturas mesopotámica y egipcia por su influencia directa sobre nuestra cultura.
Las civilizaciones mesopotámicas se desarrollaron en la región de Mesopotamia, situada en el Asia Menor, al sur de la Península de Anatolia, entre los ríos Tigris y Éufrates. La egipcia se desarró en el valle del río Nilo en el noreste de África.
Los primeros pobladores de Egipto alcanzaron las riberas del Río Nilo, por entonces un conglomerado de marismas y foco de paludismo, escapando de la desertización del desierto del Sahara. Las primeras comunidades hicieron habitable el país, y se estructuraron en regiones llamadas nomos. Pasado el tiempo y tras épocas de acuerdos y disputas los nomos se agruparon en dos proto-naciones, el Alto Egipto y el Bajo Egipto, para quedar finalmente unificados por Menes hacia el año 3100 a. C., considerado por los antiguos egipcios el primer faraón.
Historia Antigua: el Imperio faraónico [editar]
Hasta la tercera dinastía, con Dyeser (Zoser), no encontramos un dominio del arte y la arquitectura monumental en piedra, en el denominado Imperio Antiguo. De esta fecha se datan las tres colosales pirámides de Seneferu, la Gran Pirámide de Giza atribuida a Keops (Jufu) por Heródoto, con la inestimable ayuda de su hija, así como la de Quefrén (Jafra) y Micerino (Menkaura) en la cuarta dinastía. La capital se establece en Menfis y el periodo de mayor esplendor económico se desarrolló a partir del 2400 a. C. con la quinta dinastía. El comercio es fundamental: el trigo se cambia por madera de ébano, oro y especias. La artesanía gozó de un gran auge.
Extensión del imperio
Posteriormente se vive un periodo de descentralización, en el que se llegan a formar pequeñas dinastías territoriales hasta la aparición de los príncipes de Tebas que vuelven a unificar el país y crean el llamado Imperio Medio que durará hasta 1700 a. C. En este momento el país se extiende desde las primeras cataratas del Nilo (Kush) al mar Mediterráneo, con una gran influencia en todo oriente y norte de África.
Aumenta la producción agrícola y hacia 1990 a. C., bajo el faraón Amenemhat I se alcanza el máximo desarrollo territorial y económico. En el 1830 a. C. se restablece el primer plan de regadíos en el Bajo Egipto que garantizará en el futuro reservas de agua que permitan los cultivos en la estación seca.
Al final de esta etapa se produce la penetración de los hicsos desde Palestina que se instalan en el Delta y se apoderan del gobierno con sus propias dinastías, aunque Kush y Tebas permanecen independientes, no siendo expulsados hasta el 1550 a. C. por Ahmose, con quien comienza el Imperio Nuevo. Con el faraón Amenhotep I hacia el 1500 a. C. el imperio recobra su importancia, a pesar de los graves costes que había supuesto el enfrentamiento con las tribus palestinas. Es el momento en el que se produce una extensión del imperio, donde gran parte de Kush queda bajo el poder autocrático del faraón así como buena parte de Siria y la ribera occidental del Eufrates por el norte. No obstante la fuerza de los hititas hará perder buena parte de los dominios norteños y mantendrá en jaque al imperio, al igual que los libios amenazaban por el Este y Sur. Con Ramsés II se produce la última época de poder absoluto de los faraones. Después le sucede un periodo caracterizado por la gran influencia y poder de los sumos sacerdotes de Amón, hasta tal punto que alrededor del 1000 a. C. dos dinastías se reparten el control del imperio, con la presencia en Tebas de los sacerdotes de Amón como herederos y gobernadores independientes, con el apoyo ocasional de los libios.
El proceso de descentralización es imparable, llegándose a contabilizar hasta veinte reinos distintos, gobernados por los nomarcas, absolutamente independientes a las puertas del 800 a. C. Los enfrentamientos entre los mismos eran constantes hasta que en el 715 a. C., Sabacon, procedente de Kush, volvió a unificar bajo su mando buena parte de los nomos y reincorporó a Kush que llevaba 500 años de independencia.
Periodo tardío
Esto no acabó con los procesos desestabilizadores procedentes de los asirios en el Norte y los etíopes en el Sur. El avance del imperio Persa hacia el 520 a. C. de la mano del rey Cambises II dio al traste definitivamente con el imperio faraónico y la dependencia de Egipto por vez primera de reyes extranjeros. Pero sería Alejandro Magno quien, en el 332 a. C. terminaría por conquistar el país.
El arte egipcio esta dirigido principalmente por los deseos de los distintos faraones, ya que todos buscaban construir edificaciones que perduraran a lo largo del tiempo y pasaran a la posteridad.
Esta es la principal razón por la utilizaban piedras para sus construcciones.
Los edificios más significativos fueron los templos, donde se honraba a los dioses y las tumbas, donde se guardaba la memoria de los difuntos. Los templos son construidos por los faraones para sus eternos padres. Existen varios tipos pero siempre se elige como característico el templo de Konsu en Karnak.
![]() | Los arquitectos egipcios no utilizan la bóveda por lo que se trata de una arquitectura dintelada, creando una característica sensación de estabilidad. Sus muros eran extraordinariamente anchos y acababan en un talud, disminuyendo su anchura a medida que se elevaban. Estos edificios están ampliamente decorados bien con elementos vegetales o animales, o bien con jeroglíficos, escenas históricas, etc. La mayoría de estas decoraciones se realizaban en relieve, siendo una de las principales fuentes para el conocimiento de la historia de Egipto. Antes de acceder al templo, nos encontramos con una larga avenida flanqueada por estatuas de animales divinos, habitualmente esfinges o carneros de Amón. |
Esta sala de columnas se denomina sala hipóstila. Desde este lugar se pasa al sanctasanctórum, un espacio rectangular rodeado de corredores donde se encuentra la estatua del dios.
Imperio Aqueménida, o Imperio Persa Aqueménida, es el nombre dado al primer y más extenso Imperio Persa, el cual se extendió por los territorios de los actuales estados de Irán, Iraq, Turkmenistán, Afganistán, Uzbekistán, Turquía, Chipre, Siria, Líbano, Israel y Egipto. Su expansión territorial comenzó, durante el reinado de Ciro II (559-530 a. C.), con la anexión del reino medo, y alcanzó su máximo hacia el año 500 a. C., cuando llegó a abarcar parte de los territorios de los actuales estados de Libia, Grecia, Bulgaria y Pakistán, así como ciertas áreas del Cáucaso, Sudán y Asia Central. Su existencia concluyó en 330 a. C. cuando el último de los reyes aqueménidas, Darío III, fue vencido por Alejandro Magno.
El Imperio debe su nombre a la dinastía que lo gobernó durante unos dos siglos, la aqueménida, fundada por un personaje semilegendario, Aquemenes. En la historia de Occidente, el Imperio Aqueménida es conocido sobre todo por su condición de rivales de los antiguos griegos, especialmente en dos períodos, las Guerras Médicas y las campañas del macedonio Alejandro Magno.
Las grandes conquistas [editar]
Ciro II el Grande sucedió a su padre Cambises I en el 559 a. C. Por ese entonces las entidades políticas hegemónicas en la región eran el Imperio Neobabilónico, el reino medo, Lidia y Egipto.[5] Entre los años 553 y 550 a. C., Ciro derrotó al rey medo Astiages, tomó su capital, Ecbatana, y llevó sus tesoros a Anshan. La Crónica de Nabonido informa de que el rey persa resultó favorecido por el amotinamiento de las tropas medas contra su propio rey, hecho confirmado por la historia que narra Heródoto (I 123-128) sobre la traición del general medo Harpago.[5] El siguiente objetivo de Ciro fue el reino de Lidia, en Asia Menor, del que logró apoderarse en 547 a. C.[5]
Se cree que la guerra contra el Imperio Neobabilónico, que se encontraba rodeado por los persas en sus fronteras oriental y septentrional, habría comenzado hacia finales de la década de 540 a. C. En cualquier caso, en el año 539 Babilonia fue tomada por el general persa Gobrias, haciéndose presente Ciro días más tarde. El nuevo gobernante asumió la titulatura regia babilonia, que incluía los títulos de rey de Babilonia, rey de Sumer y Akkad y rey de los países. Así mismo, Ciro se ganó el apoyo de buena parte de la casta sacerdotal de Babilonia, la que en los textos por lo general se muestra favorable hacia él.
Ciro murió en el 530 a. C. durante una campaña contra los masagetas de Asia Central, y fue sucedido por su hijo Cambises II. Éste último dirigió la conquista de Egipto, presumiblemente planeada con anterioridad. En el momento de la muerte de Cambises en el 521 a. C., el imperio se extendía desde el Mediterráneo (incluyendo Egipto y Anatolia) hasta la cordillera del Hindu Kush en el actual Afganistán.
Ciro construyó su capital, Pasargada, en el territorio original de los persas. En ella es posible apreciar la fusión de estilos de diferentes partes del imperio, característica de los soberanos aqueménidas.
Crisis y reestructuración [editar]
De acuerdo con la Inscripción de Behistún de Darío I, cuando Cambises se encontraba en Egipto, cierto Gaumata se rebeló en Media haciéndose pasar por Esmerdis, el hermano menor del rey. Cambises murió en el 521 a. C. en Siria camino a aplastar la rebelión. El falso Esmerdis continuó reinando hasta que fue depuesto en el 521 a. C. por un grupo de nobles encabezado por Darío, quién se proclamó rey en su lugar. Luego de ello, estallaron rebeliones por todo el imperio, las cuales fueron derrotadas por Darío y sus generales; en el 518 a. C. la paz se había reestablecido. Para garantizar su legitimidad, el nuevo rey contrajo matrimonio con las esposas de su predecesor (una práctica usual), entre las que se incluían dos hijas y una nieta de Ciro. Una de ellas, Atosa, dio a luz al futuro soberano Jerjes I.
Darío emprendió un programa de reforma administrativa y tributaria, que incluyó la reestructuración de las satrapías, existentes ya desde el reinado de Ciro. En cuanto a su actividad constructora, destaca sobre todo la fundación de Persépolis. Durante el reinado de Darío continuó la expansión territorial: Tracia y la India fueron anexionadas, mientras que las tropas persas fueron derrotados por los escitas europeos (ca. 513 a. C.) y por los griegos en las primera guerra médica.
Las Guerras Médicas [editar]
Las Guerras Médicas son un enfrentamiento que tuvo lugar en el 490 a. C. y en el 480-479 a. C.
La primera fase (490 a. C.) se produjo cuando los persas enviados por su rey Darío I a través de un ejército y viajando por mar, desembarcaron en la ciudad de Maratón. En esta ciudad tuvo lugar la batalla de Maratón, en la cual un ejército griego guiado por Milcíades fue enviado a retener a los persas, y sorprendentemente obtuvieron la victoria.
La segunda fase tuvo lugar el año 480 a. C., cuando los persas enviados por su rey Jerjes I se dirigen por tierra hacia Grecia. Este ejército intenta ser retenido por un ejército espartano de 300 guerreros dirigidos por su rey Leónidas I. Los 300 soldados y su rey mueren en la batalla traicionados por un griego que enseña a los persas un camino para atacar por la espalda. Esta batalla tuvo lugar en el estrecho de las Termópilas. Los habitantes de Atenas, habían sido refugiados en la pequeña isla de Salamina, cuando llegaron los persas a Atenas incendiaron la ciudad y viajaron hacia Salamina. Allí tuvo lugar la batalla naval de Salamina en la cual los pequeños y ágiles barcos atenienses derrotaron a los pesados y grandes barcos persas. Los persas fueron definitivamente derrotados en el año 479 a. C. en la batalla de Platea, es entonces cuando abandonan el proyecto de conquistar Grecia.
Istar
La escritura cuneiforme















