martes, 20 de enero de 2009

Grecia

1) Política,sociedad y economía de las polis griega:

-Etapa arcaica
-Etapa clásica
-Etapa helenística
2)-La cultura griega:Filosofía y religion


3)-El arte griego
-Arquitectura:
-Templo
-Teatro
-Establo
-Hipodromo
-Ágora
-Escultura
4)Diapositivas:



Caracteres sociales, económicos y políticos del Alto Arcaismo

Sociedad

No se puede aún clasificar como una sociedad de ciudadanos. El carácter esencial se puede definir en la diferenciación y el poder de un grupo social sobre el resto. Son los ARISTOI.

ARISTOI: un grupo de nobles descendientes de jefes tribales poseedores de grandes riquezas. Se agrupaban en genos o familias a cuya cabeza se encontraban los basileis. Se consideraban descendientes de algún dios o héroes. Se dedicaban a la guerra. Estos genos estaban emparentadas por lazos de matrimonios. Los basileis aglutinaban: la dirección de un grupo comunitario, posesión de la casa y grandes extensiones de tierra. Tras los basileis se encontraban el resto de los aristoi. La mujer trabajos domésticos, acabó recluida en las habitaciones femeninas de la casa (gineceo).

CAMPESINOS LIBRES: propietarios de pequeñas posesiones ganado y tierras cultivables

THETES: última categoría social de hombres libres, totalmente desprotegidos, dependen de su propio trabajo para subsistir. Muchos eran esclavos huidos u hombres libres expulsados de un clan familiar.

LOS ESCLAVOS: prisioneros de guerra o víctimas del pillaje. El esclavo estaba integrado en el oikos, recibía su protección. El jefe del oikos tenía sobre él derecho de vida o muerte. Podía poseer bienes.

DEMIURGOS: trabajadores de condición libre pero no integrados en ninguna comunidad. Eran artesanos, sacerdotes y adivinos, heraldos y rapsodas.


La economía

El oikos ocupa el papel principal de la economía. El ideal de Oikos es la Autarquía. Faltaron materias primeras que tuvieron que ser importadas.

La agricultura: eran terratenientes. Se cultivaba cebada y trigo fundamentalmente.

La ganadería: se criaba ganado vacuno, lanar, cabrío y porcino y su cuidado se encargaba al personal servil del Oikos.

Medios de adquisición: la necesidad de los metales, esclavos y riquezas hace buscar otros mecanismo para su adquisición. La guerra y la piratería y el regalo.

El comercio: no se consideraba una actividad noble

Organización política: la caída de los reinos micenicos supuso un vacío de poder que las familias más poderosas ocuparon distintos grupos de población. Los basileis se atribuyeron la función de los Wanax. Estas monarquías eran de carácter electivo.

La monarquía helenística:
La monarquía helenística era personal, lo cual significaba que podía llegar a ser soberano cualquiera que, por medio de su conducta, sus méritos o sus acciones militares, pudiese aspirar al título de basileus. En consecuencia, la victoria militar era, la mayoría de las veces, el acto que legitimaba el acceso al trono, permitiendo así reinar sobre una provincia o un estado. Seleuco I utilizó la ocupación de Babilonia en 312 a. C. para legitimar su presencia en Mesopotamia, o su victoria en 281 a. C. sobre Lisímaco para justificar sus reivindicaciones sobre el Bósforo y Tracia. Asimismo, los reyes de Bitinia sacaron provecho de la victoria en 277 a. C. de Nicomedes I sobre los gálatas para afirmar sus pretensiones territoriales.
Esta monarquía personal no tenía reglas de sucesión precisas, por lo cual eran frecuentes querellas incesantes y asesinatos entre los muchos aspirantes. Tampoco existían leyes fundamentales ni textos que determinaran los poderes del soberano, sino que era el propio soberano quien determinaba el alcance de su poder. Este carácter absoluto y personal era, a la vez, la fuerza y la debilidad de estas monarquías helenísticas, en función de las características y la personalidad del soberano. Por tanto, fue necesario crear ideologías que justificaran la dominación de las dinastías de origen macedonio y de cultura griega sobre los pueblos totalmente ignorantes de esta civilización. Los Lágidas pasaron, de este modo, a ser faraones ante los egipcios y tenían derecho a aliarse con el clero autóctono, otorgando espléndidas donaciones a los templos.
En cuanto a los pueblos de origen griego y macedónico que también gobernaban, los soberanos helenísticos debían mostrar la imagen de un rey justo, que asegurase la paz y el bienestar de sus pueblos, existiendo así la noción de evergetes, el rey como benefactor de sus súbditos. Una de las consecuencias, acaecida ya en el reinado de Alejandro Magno, fue la divinización del soberano, a quien rendían honores los súbditos y las ciudades autónomas o independientes que habían sido favorecidas por el rey, lo que permitió reforzar la cohesión de cada reino en torno a la dinastía reinante.
La fragilidad del poder de los soberanos helenísticos les obligaba a una incesante actividad. En primer lugar era necesario vencer militarmente a sus adversarios, por lo que el periodo se caracterizó por una serie de conflictos entre los propios soberanos helenísticos o contra otros adversarios exteriores, como los partos o la incipiente Roma. Los soberanos se veían obligados a viajar constantemente a fin de instalar guarniciones, a la vez que erigían ciudades que controlasen mejor las divisiones administrativas de sus reinos, siendo sin duda Antíoco III el monarca helenístico que más viajó entre Grecia, Siria, Egipto, Mesopotamia, Persia y las fronteras de India y Asia Menor, antes de morir cerca de la ciudad de Susa en 187 a. C. A fin de mantener sus armadas y financiar la construcción de las ciudades, fue indispensable que los soberanos desarrollaran una sólida administración y fiscalidad. Los reinos helenísticos se convirtieron así en gigantescas estructuras de explotación fiscal, erigiéndose en herederos directos del Imperio Aqueménida. Este trabajo agotador, al que se unían las incesantes quejas y recriminaciones (ya que el rey era también juez para sus súbditos) hicieron exclamar a Seleuco I:
Si las gentes supieran cuánto trabajo conlleva el escribir y leer todas las cartas, nadie querría ostentar una diadema, aunque se arrastrara por el suelo.
Plutarco, Moralia, «Si la política es el quehacer de los ancianos», II
Alrededor de estos soberanos gravitaba una corte en la que el cometido de los favoritos se volvió gradualmente preponderante. Por regla general, eran los griegos y los macedonios los que casi siempre ostentaron el título de amigos del rey (philoi). El deseo de Alejandro Magno de asociar las elites asiáticas al poder fue abandonado, por lo que esta dominación política greco-macedónica adquirió, en muchos aspectos, la apariencia de una dominación colonial. Para conseguir unos colaboradores fieles y eficaces, el rey tenía que enriquecerlos con donaciones y dominios pertenecientes al dominio real, lo cual no impidió que algunos favoritos mantuvieran una dudosa fidelidad, y en ocasiones, especialmente en caso de una minoría de edad real, ejercer efectivamente el poder. Son los casos de Hermias, del que Antíoco III no pudo deshacerse fácilmente, o Sosibios en Egipto, al que Polibio achacó una reputación siniestra.
Estos reyes disponían de un poder absoluto, pero estaban sometidos a múltiples obligaciones, como asegurar sus fronteras, vencer a sus enemigos y poner a prueba su naturaleza real por medio de su comportamiento, legitimando su función por la divinización de su persona. En la época clásica, el modelo de la monarquía, rechazada por los filósofos griegos, era asiático; en la época helenística era griego.

Culto al rey
La monarquía helenística se apoyó en una aristocracia creada por el propio rey y desarrolló un carácter especialmente cosmopolita, muy lejos de la anterior nobleza solariega. En adelante el rey no sería elegido libremente por sus ciudadanos. Los reyes helenísticos y sus nobles fueron elegidos por el propio rey pero para llevar a cabo con éxito y ante el pueblo tal sistema, insistieron en la idea de la divinidad, es decir, el rey tenía derecho a gobernar y a elegir la nobleza porque su poder lo había obtenido a través de su linaje divino y porque él mismo era en cierto modo un dios. El paso siguiente fue iniciar el culto al rey.
Este sistema de divinización fue más político que religioso y tenía sus antecedentes en el pensamiento griego anterior con ejemplos de veneración a héroes y otros personajes mortales que se convirtieron en deidades después de su muerte, como es el ejemplo de Asclepio y otras figuras menores que habían sido jefes militares o fundadores de ciudades. La deificación o apoteosis en vida de los reyes helenísticos nunca o casi nunca fue un asunto puramente religioso o espiritual; nadie fue a rezar o a pedir gracias especiales a ninguno de estos personajes. Sin embargo fue necesario establecer el poder político en seres considerados por sus súbditos como dioses.
El culto al rey había empezado ya en la figura de Alejandro Magno que fue reconocido como un mortal realizador de grandes hazañas y descendiente de Heracles, confirmado en el oráculo de Siwa como hijo del propio Zeus-Amón. La deificación de Alejandro en vida le sirvió en muchas ocasiones como aprobación y reconocimiento legal de su poder real. El propio Alejandro se tomaba su deificación como algo muy serio. Después de su muerte muchas de las ciudades helenísticas siguieron este proceso, deificando a algunos de sus diádocos, como ocurrió con Demetrio Poliorcetes, Antígono II Gónatas, Lisímaco de Tracia, Casandro de Macedonia, Seleuco I Nicátor y Ptolomeo I.

Deificación de los ptolomeos
Ptolomeo I nunca pidió honores divinos pero su hijo Ptolomeo II organizó la ceremonia de la apoteosis para su padre y su madre Berenice, con el título de Dioses Salvadores (Sóter). Más tarde, hacia el año 270, Ptolomeo II y su esposa Arsínoe fueron deificados en vida con el título de Dioses hermanos (Filadelfo). Se sabe que se les rindió culto en el santuario de Alejandro Magno que aun existía, donde su diádoco Ptolomeo I había depositado el cuerpo. (En la actualidad es un misterio el paradero de este santuario).
Los reyes y reinas de Ptolomeo II fueron deificados inmediatamente después de su ascenso al trono, con ceremonias de apoteosis en que podía verse la influencia de la religión y tradición egipcias. En el Egipto helenístico el culto al rey fue una fusión entre las tradiciones griegas para la deificación política y las tradiciones egipcias, con una gran carga religiosa.

Vasos de la reina
Son unas jarras de cerámica vidriada, fabricadas en serie, que se utilizaban en las fiestas que se hacían para el culto de los reyes. Se levantaban altares provisionales donde se hacían las ofrendas. Las libaciones de vino se depositaban en estas jarras especiales que solían estar decoradas con el retrato de la reina que ocupaba el trono en ese momento. En el entorno artístico se llaman vasos de la reina porque siempre viene representada la reina, con una cornucopia en la mano izquierda y un plato de libaciones en la derecha, con un altar y un pilar sagrado. Los relieves descritos iban acompañados con inscripciones que servían para identificar a la reina representada. Algunas de estas jarras o vasos han aparecido en distintas tumbas. Estos ejemplares se pueden fechar desde Ptolomeo II hasta el año 116 a. C. El vestido de las reinas es fundamentalmente griego: llevan un quitón sin mangas y un himatión enrollado alrededor de la cintura y recogido sobre el brazo izquierdo.

ETAPA HELENISTICA:

Es la tercera y última etapa del arte griego. Se extiende desde el siglo III a. C. hasta mediados del siglo II a. C., tomándose como fecha simbólica de cierre el año 146 a. C., cuando la ciudad de Corinto es conquistada por los romanos.

El peso del desarrollo artístico se trasladó hacia Oriente En esta época se desarrollaron grandes construcciones en Pérgamo (Altar de Zeus), Rodas y Alejandría. De esta época es el Mausoleo de Halicarnaso.

Lo más destacado son los proyectos urbanísticos como los de Hipodamo de Mileto, con organizaciones en cuadrículas, ejemplo que fue seguido en siglos posteriores.

Se abandonó el severo estilo Dórico

ETAPA CLASICA

Es la segunda etapa, que se corresponde con los siglos V y IV a. C.

Como la pintura y la escultura de la época, la arquitectura griega de la primera mitad de la Antigüedad clásica no era «arte por el arte» en el sentido moderno. El arquitecto era un artesano empleado por el estado o por un rico cliente privado. No se distinguía entre el arquitecto y el constructor. El arquitecto diseñaba el edificio, contrataba a los obreros y artesanos que lo construían, y era responsable tanto de su presupuesto como de su acabado a tiempo. No disfrutaba del estatus noble que tienen los modernos arquitectos de edificios públicos. Incluso los nombres de los arquitectos son desconocidos antes del siglo V a. C. Un arquitecto como Ictino, que diseñó el Partenón, que hoy en día sería considerado un genio, era tratado en vida tan sólo como un comerciante experto y muy valioso.

Supone el apogeo de los órdenes dórico y jónico

-Arquitectura:

Templo: El templo griego (en griego antiguo ὁ ναός ho naós, ‘vivienda’; diferente semánticamente al latín templum, ‘templo’) fue originalmente el edificio que contenía la imagen de culto en algunos santuarios griegos. No solía servir como lugar de culto, ya que la veneración del dios, así como los sacrificios a él dedicados, se realizaban al aire libre, si bien podía alojar bodegas sagradas o elementos de culto. Era el tipo de construcción más importante y más extendido de la arquitectura griega. No cuentan como templos griegos en el sentido estricto los erigidos en los territorios helenístico del norte y este de África, y que siguieron las normas arquitectónicas locales, incluso aunque llegasen a adoptar algunos rasgos griegos.
El Teatro: Al parecer el teatro griego se originó en un espacio circular al aire libre (orchestra) en el que se ejecutaban unas danzas, un lugar de tierra lisa y compacta dispuesto para la representación de cantos corales, una de cuyas variedades, el llamado ditirambo, fue de acuerdo con la tradición, el progenitor de la tragedia ática. Todos los grandes teatros se construyeron a cielo abierto.

El Estadio:

En los estadios se disputaban las carreras de caballos y ejercicios gimnásticos.

Solían estar situados en las laderas de las colinas o en un valle, utilizando los desniveles del terreno para el auditorio, como ocurría en los teatros griegos.

Eran de forma alargada con los extremos alargados o cuadrangulares.

En algunos casos se han conservado las líneas de salida y llegada, la longitud exacta de la pista oscilaba entre los 183 m. y los 214 m.El estadio de Delfos tenía una capacidad de siete mil espectadores, en este lugar se desarrollaron las competiciones de los juegos píticos.

El hipódromo (del griego hippos "caballo", y dromos "carrera") es un recinto cerrado apto para disputar carreras de caballos. El interior tiene gradas en el perímetro, y el centro está formado de tierra o hierba. En el centro se dispone un óvalo bordeando las gradas que forma la pista. En la pista se disputan carreras de caballos.

Normalmente, las pistas de tierra son para carreras de trotones, mientras que las de hierba son para carreras de caballos pura sangre.

En el recinto, la gente que entra a ver las carreras tiene la posibilidad de hacer apuestas.

El ágora (del griego αγορά, mercado) era un espacio abierto que funcionaba como la plaza pública de las ciudades-estado griegas (polis). Era el centro cultural, comercial y politico. Las asambleas de ciudadanos se realizaban en dicho recinto. Surge tras la caída de la civilización micénica y por el siglo VIII a.C. son una característica esencial de toda polis. La más famosa es el Ágora de Atenas. Es el único edificio arquitectónico de la Antigua Grecia que conserva su techo original.
partenon













Erecteion

















Templo de Atenea Niké.


















Teatro griego















Cariátides

















-Escultura:

Auriga de Delfos






















Discóbolo..Diadumeno


















Venus de Milo.






















niño de la espina






















Victoria de Samotracia.
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Laocoonte






















El Galo moribundo





















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