domingo, 12 de abril de 2009

La literatura española entre el siglo XIX y XX: Modernismo- Generacion del 98

La literatura española entre el siglo XIX y XX: Modernismo- Generación del 98

El modernismo
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El Modernismo fue una tendencia estética que llegó a España de la mano de su cabeza representativa, Ruben Darío. Busca la expresión de una nueva sensibilidad con un nuevo lenguaje, rechazando el prosaísmo y la retórica de la literatura anterior.

Juan Ramón Jiménez

Nació el 23 de diciembre de 1881 en la casa número dos de la calle de la Ribera de Moguer. Hijo de Víctor Jiménez y Purificación Mantecón, quienes se dedicaban con éxito al comercio de vinos. En 1887 sus padres se trasladan a una antigua casa de la calle Nueva y aprende primaria y elemental en el colegio de Primera y Segunda Enseñanza de San José.



Casa de la calle Nueva (Museo Zenobia y J.R.J.)

En 1891 aprueba con calificaciones de sobresaliente el examen de Primera Enseñanza en el Instituto de Huelva. En 1893 estudia Bachillerato en el colegio de San Luis Gonzaga del Puerto de Santa María, y obtiene el titulo de Bachiller en Artes. Se traslada a Sevilla, en 1896, para ser pintor, creyendo que esa es su vocación. Allí frecuenta la biblioteca del Ateneo sevillano. Escribe sus primeros trabajos en prosa y verso. Empieza a colaborar en periódicos y revistas de Sevilla y Huelva.

Comenzó la carrera de Derecho impuesta por su padre en la Universidad de Sevilla, aunque no finalizó sus estudios. En 1899 abandona la carrera de Derecho.

En 1900 se trasladó a Madrid y publicó sus dos primeros libros de textos, "Ninfeas" y "Almas de violeta". La muerte de su padre en este mismo año y la ruina familiar le causaron una honda preocupación, vivida intensamente a causa de su carácter hiperestésico, y en 1901 será ingresado con depresión en un sanatorio en Burdeos, regresando a Madrid, posteriormente, al Sanatorio del Rosario.

En 1902 publica "Arias tristes" e interviene en la fundación de Helios. También abandona el Sanatorio del Rosario y se traslada al domicilio particular del Doctor Simarro. Ya en 1904 publica "Jardines lejanos".

Manuel Machado

Manuel era hijo de Antonio Machado Álvarez, conocido folclorista sevillano de sobrenombre «Demófilo» y de Ana Ruiz. Su hermano fue otro poeta, pero de talla superior y de trayectoria paralela: Antonio Machado.

De su padre heredó el amor a lo auténtico del carácter popular andaluz. Nacido en la calle de San Pedro Mártir nº20, también su infancia transcurrió en el seno del Palacio de las Dueñas, donde su familia había alquilado una de las estancias destinadas a particulares. A pesar de lo creído, nada demuestra que su padre trabajara como administrador de la ilustre casa ducal de Alba. Cuando Manuel tenía 9 años, la familia al completo se traslada a Madrid dado que el abuelo paterno ha conseguido una cátedra en la Universidad Central. El deseo de todos es que los tres hermanos -Manuel, Antonio y José- cursen sus estudios en la Institución Libre de Enseñanza, dirigida por Francisco Giner de los Ríos, gran amigo del abuelo Manuel.


La familia se trasladó a Madrid y allí fue donde desarrolló lo importante de sus estudios que llegaron hasta la licenciatura de Filosofía y Letras. A partir de esos años, la familia Machado volvería a Sevilla en muy escasas ocasiones pero lo sevillano y lo andaluz siempre fue para él una referencia viva, aunque distante, por la nostalgia y el amor que derramaban sus padres hacia la tierra que les vio nacer.

En Madrid, el joven Manuel empieza a dar a conocer sus primeras poesías y colabora en diversos proyectos de la vida literaria madrileña junto con escritores como Francisco Villaespesa y Juan Ramón Jiménez.


Con el transcurrir de los años, llegó a ser director de la Hemeroteca y Museo Municipal. Creó varias revistas literarias de escasa duración, y colaboró en periódicos diarios de Europa y América.

Contribuyó fervientemente a la poesía modernista, entendida en su vertiente más colorista, decadente y cosmopolita, dándole un matiz andalucista que hace de su poesía algo único.

A menudo se ha contrapuesto esta vertiente modernista a la Generación del 98.

En el año 1938 —en plena guerra civil— fue designado para ocupar un sillón en la Real Academia Española.


El Modernismo surgió en los últimos años del siglo XIX en Europa y en América. Las incipientes corrientes del pensamiento finisecular tenían la intención de renovar la situación social y política, así como las tendencias artísticas del momento, es decir, Realismo y Naturalismo. En un principio el término “modernista” tuvo carácter despectivo ya que era utilizado por aquellos que se oponían a las novedades, pero con el tiempo pasó a designar, sin ninguna connotación negativa, a los cultivadores de esta nueva tendencia. El máximo representante del Modernismo es el nicaragüense Rubén Darío.

Puede decirse que el Modernismo empieza a gestarse en los primeros años de la década de los 80 del siglo XIX. Su desarrollo llegaría hasta la Primera Guerra Mundial. En este periodo se producen acontecimientos como la crisis y el desastre del 98 para España. El año 1898 significó para España la pérdida definitiva de todas sus antiguas colonias americanas. Sin embargo, en 1898 no perdió tanto territorio (Cuba y Puerto Rico en América y Filipinas en Asia) como durante el reinado de Fernando VII de España.



La generación del 98:

La Generación del 98 es el nombre con el que se ha agrupado tradicionalmente a un grupo de escritores, ensayistas y poetas españoles que se vieron profundamente afectados por la crisis moral, política y social acarreada en España por la derrota militar en la Guerra Hispano-Estadounidense y la consiguiente pérdida de Puerto Rico, Cuba y las Filipinas en 1898. Todos los autores y grandes poetas englobados en esta generación nacen entre 1864 y 1876.

Se inspiraron en la corriente de crítica del canovismo denominada regeneracionismo y ofrecieron una visión artística en conjunto en La generación del 98. Clásicos y modernos.



Está formada por un grupo de escritores que, nacidos entre 1864 y 1875, tienen una formación intelectual bastante semejante, un estilo con aspectos comunes que rompe con la literatura anterior, un acontecimiento que los aglutina: el desastre de 1898, y un guía espiritual reconocido por todos, Miguel de Unamuno.

Tradicionalmente se ha dividido a los escritores de finales y principios de siglo en dos grupos diferenciados: el Modernismo y la Generación del 98. Sin embargo, a pesar de las diferencias entre modernistas y hombres del 98, la separación no es tan clara. En primer lugar, algunos integrantes de la Generación del 98 - como A.Machado y R. Del Valle-Inclán - se podrían incluir, por algunas de sus obras, dentro del Modernismo, y en segundo lugar, porque unos y otros vivieron un ambiente y atmósfera que les unía.

Estos autores comenzaron a escribir en una vena juvenil hipercrítica e izquierdista que más tarde se orientará a una concepción tradicional de lo viejo y lo nuevo. Pronto, sin embargo, siguió la polémica: Pío Baroja y Ramiro de Maeztu negaron la existencia de tal generación, y más tarde Pedro Salinas la afirmó, tras minucioso análisis, en sus cursos universitarios y en un breve artículo aparecido en Revista de Occidente (diciembre de 1935), siguiendo el concepto de "generación literaria" definido por Peterson; este artículo apareció luego en su Literatura española. Siglo XX, 1949.

Antonio Machado
En Sevilla nace en 1875 Antonio Machado y Ruiz, hijo de un estimable folclorista. En 1883 se traslada la familia a Madrid y Antonio, como sus otros hermanos, estudia en la Institución Libre de Enseñanza. Continúa el Bachillerato en los Institutos de San Isidro y Cisneros (aunque no lo terminaría hasta los 25 años). Al morir su padre en 1893 y su abuelo en 1895 sobrevienen dificultades económicas y Antonio empieza un trabajo como actor teatral. En 1899 se traslada - con su hermano Manuel - a París donde trabaja como traductor y entra en contacto con la vida literaria parisiense. Posteriormente, en una segunda estancia en París (1902) conoce a Rubén Darío, con quien le unen mutuos lazos de admiración.

Versificación, estilo y evolución

Empleó con mucha frecuencia la rima asonante, las formas de la lírica popular - romances, coplas y cantares - y de la culta, el soneto, la silva,...

Su poesía es el resultado de la conjunción de una extremada sobriedad y sencillez formal con la emoción sincera y humana. "Desdeñoso de complacencias fáciles y de vanidades de los sentidos" (según Pedro Salinas), elimina toda retórica excesiva, metáforas brillantes, vocabulario rebuscado, elementos decorativos y virtuosismos técnicos, quedando reducido al más puro y auténtico lirismo

Soledades

El libro Soledades aparece en pleno apogeo del movimiento modernista, lo que es bien visible en la mayoría de los cuarenta y dos poemas que lo componen. Predomina en ellos el tono melancólico y doliente, la anécdota argumental es prácticamente inexistente y los temas son los característicos del intimismo posromántico: el amor, el paso del tiempo, la soledad, la infancia perdida, los sueños, ... Pretende Machado captar en sus versos lo que él denomina universales del sentimiento:


Azorín

Su padre era natural de Yecla, Murcia, y militaba en el partido conservador (llegó a ser alcalde, diputado y seguidor de Francisco Romero Robledo). Ejercía de abogado en Monóvar y poseía una importante hacienda. Su madre había nacido en Petrer. Era una familia tradicional burguesa y acomodada. Azorín fue el mayor de nueve hermanos. Estudió bachillerato interno durante ocho años en el colegio de los Escolapios de Yecla, etapa que refleja en sus dos primeras novelas, de fuerte contenido autobiográfico. De 1888 a 1896 cursó derecho en Valencia, donde se interesa por el Krausismo y el anarquismo y se entrega a febriles lecturas literarias y políticas. Empiezan sus pinitos periodísticos. Usa los seudónimos de Fray José, en La Educación Católica de Petrer, Juan de Lis en El Defensor de Yecla etc. Escribe también en El Eco de Monóvar, El Mercantil Valenciano e incluso en El Pueblo, periódico de Vicente Blasco Ibáñez. Casi siempre hace crítica teatral de obras de fuerte contenido social (elogia las obras de Ángel Guimerá y Benito Pérez Galdós o el Juan José de Joaquín Dicenta) y ya refleja sus inclinaciones anarquistas. Traduce el drama La intrusa de Maurice Maeterlinck, la conferencia del francés A. Hamon De la patria o Las prisiones del príncipe Kropotkin. En 1895 Azorín publica dos ensayos, Anarquistas literarias y Notas sociales, en las que presenta al público las principales teorías anarquistas.

La Voluntad

Su primera novela – La voluntad (1902) – es el típico exponente del intelectual noventayochista. Es un libro fundamentalmente de ideas y ambientes. Tan sólo es novelesca por la serie de tipos que la pueblan. Además, no se presenta como un hecho vivo, en proceso, sino como algo ya acabado y concluido.

A) Temática

La novela describe la lucha interior de un personaje por encontrar la solución vital, una solución vital. Trata de incorporarse a la vida de un ambiente que le es extraño. Se trata de un hombre que ha roto psicológicamente con cuanto le ligaba a la realidad de sus circunstancias. Y busca desesperada y sinceramente el porqué de su existencia. Así su vida se convierte en crónica de toda una generación española.



Miguel de Unamuno

El bilbaíno Miguel de Unamuno es una de las personalidades más destacadas de la literatura española del siglo XX. Nació en Bilbao en 1864 y vivió la guerra carlista. En Madrid cursa la carrera de Filosofía y Letras y después de varios fracasos, ganó en 1891 la cátedra de Griego en la Universidad de Salamanca, donde vivó casi toda su vida. En 1901 sería elegido rector de esa Universidad.

Pío Baroja

Pío Baroja nació en San Sebastián y vivió, durante casi toda su vida, en Madrid. Allí estudió Medicina y se doctoró con una tesis sobre El dolor. Su ejercicio como médico fue breve, en Cestona. Vuelve a Madrid donde entra en contacto con escritores como Azorín, Maeztu,. que le llevan a entregarse a la literatura, su gran vocación.

Publica sus primeros libros en 1900 tras una serie de colaboraciones en diarios y revistas. Sigue una etapa de intensa labor que conjuga con viajes por España y Europa. En 1911 publica El árbol de la ciencia. Hasta entonces había publicado ya, además de cuentos, artículos y ensayos, diecisiete novelas que constituyen lo más importante de su producción. Su fama se consolida y su vida se consagra a escribir volviéndose cada vez más sedentaria. En 1935 ingresa en la Real Academia. Durante la Guerra Civil pasa a Francia, pero en 1940 se instala de nuevo en Madrid. Muere en 1955.

Valle Inclán

Ramón Valle y Peña nace el 28 de Octubre de 1866 en Villanueva de Arosa (Pontevedra), procedente de familia de noble abolengo, aunque ya no gozaba de buena situación económica. Entre sus antepasados ilustres se encontraba Francisco de Valle Inclán de quien Valle toma su nombre artístico.

Valle-Inclán inicia su formación bajo la tutela de su padre y el catedrático Jesús Muruáis ejerció sobre él una gran influencia en los primeros años. Posteriormente se matricula en la facultad de leyes de Santiago aunque más que a los estudios, se dedica fundamental a participar en los círculos culturales gallegos. A la muerte de su padre, se traslada a Madrid y allí continúa su incipiente labor literaria.

En 1892 marcha a Méjico. Más tarde dará como motivo de este viaje en una fingida autobiografía publicada la necesidad de huida ante un desengaño amoroso y justifica la elección del país porque "México se escribe con equis".

En Veracruz mantendrá relaciones con periodistas de los diarios locales con los que colabora. Pronto marcha a la capital mejicana, donde adopta el nombre de Valle Inclán y entra en contacto con el Modernismo. Tras una temporada en Cuba vuelve a Galicia en 1893 y permanece algún tiempo ocupado en lecturas y tertulias. Adopta ya la indumentaria más o menos estrafalaria de los jóvenes escritores franceses y en 1895 publica su primer libro, Femeninas, prologado por Manuel Murguía.


España en el Siglo XX

De la centuria anterior España arrastra la llamada "crisis de fin de siglo", que se puede concretar en los graves problemas de convivencia entre los españoles, divididos en ideologías encontradas, y la decadencia del país que culmina con la pérdida de nuestras últimas colonias ultramarinas, el año del desastre 1898.


La miseria muy generalizada, la organización y politización de la clase obrera y, sobre todo, la unión de las izquierdas, trajo consigo la proclamación de la Segunda República (1931-1939). El periodo republicano comenzó con un deseo de profundas reformas y buenas intenciones, pero se manifestó impotente ante los problemas endémicos del país: los enfrentamientos ideológicos y sociales y la crisis económica. Los acontecimientos se precipitaron: huelgas y disturbios, triunfo de la derecha en 1933, huelga y revolución en Asturias en 1934, unión de izquierdas en el Frente popular que gana las elecciones en 1936.

I. El ensayo en el Regeneracionismo y la Generación del 98

La comprometida situación política y económica que domina el siglo XIX desemboca en el XX en una preocupación constante por el tema de España. Los regeneracionistas se proponen sacar adelante el país, y en sus escritos analizan los problemas más acuciantes del momento y postulan soluciones prácticas. Ángel Ganivet (1865-1898), Joaquín Costa (1846-1911) y Ramiro de Maeztu (1875-1936) se convierten en las principales voces de este movimiento.

II. El ensayo en el Novecentismo

El movimiento novecentista está formado por un grupo de estudiosos y pensadores que cuentan con una sólida formación intelectual y científica, y que aprovechan los órganos de poder para llevar a cabo la transformación social de España a través de la cultura y la ciencia. De ahí que participen activamente en la creación de órganos de formación e investigación, como la Junta para la Ampliación de Estudios (1907) y el Centro de Estudios Históricos (1910) en Madrid, o el Institut d’Estudis Catalans (1911) en Barcelona. Todos estos centros, junto con el Instituto de Investigaciones Científicas, contribuyen a que las ciencias y las artes vivan una época dorada.

III. El ensayo en los años 30

Los acontecimientos políticos se suceden y las ideologías cambian. Muchos escritores que habían militado en las filas del Novecentismo y habían apoyado la “deshumanización del arte” proclamada por Ortega empiezan a comprometerse políticamente y pretenden implicar a los intelectuales en la acción revolucionaria. Una publicación de claro compromiso político es Octubre (1933-34) creada por Rafael Alberti y María Teresa León, grandes impulsores también de El mono azul (1936-39), revista que se distribuye en el bando republicano y que inicialmente trata asuntos políticos, militares y culturales, para dar más tarde entrada a temas de creación y crítica.

IV. Principales Ensayistas

Además de los mencionados en el apartado dedicado al Novecentismo, destacan en el panorama ensayístico español anterior a la Guerra Civil una serie de autores, que se inclinan, ya sea por el ensayo político, ya por el de carácter literario.

Los intelectuales y pensadores no pueden permanecer ajenos a los avatares que depara la situación anterior a la Guerra Civil y proliferan los ensayos políticos de tendencias diversas, entre los que destacan los firmados por Ramiro Ledesma y Luis Araquistáin.

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